“Las empresas tenemos que dotarnos de herramientas eficaces que faciliten el acceso de las mujeres a los puestos directivos”
Hoy, en Grandes Historias, tendremos la oportunidad de hablar con Beatriz Corredor, Presidenta del Grupo Red Eléctrica y del Consejo de Administración de Red Eléctrica Corporación.
Beatriz nació en Madrid, pero tiene orígenes en Castilla La Mancha, donde veraneó en numerosas ocasiones en un pueblo llamado Quintanar de la Orden junto a sus padres y sus 4 hermanos, siendo ella la mayor de los 5.
Se licenció en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, carrera que estudió con una beca, y dos años antes de terminarla comenzó a prepararse las oposiciones a Registrador de la Propiedad, yéndose a vivir con su abuela durante la recta final buscando la quietud ante la exigencia en cuanto a la preparación de este tipo de oposiciones. Tal fue la dedicación de Beatriz, que tan sólo dos años después de licenciarse, en 1993 ingresó en el Cuerpo de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España.
Adicionalmente, y teniendo en cuenta que Beatriz siempre ha tenido un impulso político a destacar, en 2003 decide afiliarse al PSOE comenzando así una carrera en la política que le permitió ser Concejal del Ayuntamiento de Madrid, Ministra de la Vivienda y Secretaria de Estado de Vivienda y Actuaciones Urbanas ocupando este último puesto desde octubre de 2008 hasta Diciembre de 2010.
En la actualidad Beatriz Corredor es Presidenta del Grupo Red Eléctrica y del Consejo de Administración de Red Eléctrica Corporación; Registradora de la Propiedad en excedencia contando con más de 25 años de ejercicio profesional; Profesora asociada de Derecho Civil en el Máster Universitario de Acceso a la Abogacía de la Universidad de Nebrija; Ponente y conferenciante; Mentora de la Fundación Endeavor España; Y Socia de AEMENER entre otras muchas actividades que Beatriz desarrolla a día de hoy.
Desde luego, la palabra impresionante se queda corta para describir semejante currículum de una de las grandes mujeres referentes de este país.
Hoy, es para nosotras un verdadero honor poder conocer un poco más a fondo a Beatriz Corredor.
Buenos días Beatriz y muchísimas gracias por esta oportunidad que nos das de conocerte un poco más desde AEMENER.
Buenos días, a vosotras muchísimas gracias por darme esta oportunidad y por tener el interés de que tengamos este ratito de conversación
En primer lugar, me gustaría preguntarte acerca del Grupo Red Eléctrica Española. Esta pregunta puede ser muy general, pero es de gran relevancia hoy más que nunca por la situación tan cambiante y desconcertante que estamos viviendo. A día de hoy, ¿cómo resumiría Beatriz Corredor cual es la misión y principales pilares del grupo Red Eléctrica Española?
Pues Red Eléctrica fue el primer TSO mundial, TSO es el operador y transportista único del sistema eléctrico y quiere decir que tenemos la responsabilidad de garantizar la seguridad del suministro y la calidad en todo momento y a todo tipo de consumidores, desde la red troncal de transporte, con una vocación de neutralidad e independencia.
Quiere decir esto que nosotros no generamos electricidad, no vendemos electricidad y no compramos electricidad. Nosotros la transportamos hasta las distribuidoras, que son las que la llevan después a los consumidores.
Para una Asociación como esta, quizá no debería ser tan simple mi explicación (sonríe) porque son todas mujeres que conocen perfectamente el campo; pero sí me importa destacar esta doble faceta de que tenemos la obligación de garantizar en todo momento y en todo lugar la seguridad y la calidad del suministro, desde una posición de independencia y neutralidad.
Además, tenemos una responsabilidad adicional. Aquí en la casa decimos que somos la columna vertebras de la transición energética, porque operar la red de trasporte implica que somos los responsables de hacer posible que se cumpla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, y por tanto que se cumplan los objetivos que tiene tanto España, como la Unión Europea en materia de integración de renovables, de eficiencia energética, de reducción de emisiones, de descarbonización, y de electrificación de la economía, con una adicional función y es que aparte de tener las redes de transporte y operación, tenemos una importante repercusión en el sistema de telecomunicaciones, ya que tenemos fibra óptica oscura, lo cual implica tener también la infraestructura neutral para poder dar servicios de telecomunicaciones a los operadores que después lo llevarán a los clientes finales.
Y tenemos satélites, que es también otra infraestructura que permite las telecomunicaciones allí donde no llega la fibra. Por tanto, si nos vamos como decías al tiempo convulso que nos está tocando vivir, y nos centramos en cuáles son las prioridades de la UE y España después de la pandemia, se centraros en los fondos Next Generation Europe, en dos pilares fundamentales, que son la transformación digital y la transición ecológica, junto con la diversidad y la igualdad de género, más la cohesión social y territorial. Red Eléctrica es las cuatro cosas, pero tenemos la responsabilidad de la transición ecológica para integrar renovables, tenemos la responsabilidad de la transformación digital a través de las telecomunicaciones, somos una compañía con implantación territorial y tenemos una responsabilidad que cumplir en esta cohesión y este cierre de las desigualdades que hay entre los territorios, y además somos una compañía que tratamos de liderar la igualdad de género, que para eso, entre otras cosas estamos aquí.
Así que todo esto es lo que es Red Eléctrica en España.
Y desde el punto de vista operativo, es una compañía que tiene un 80% del capital en bolsa y, por tanto, somos una compañía del IBEX 35 cotizada. El resto del 20% del capital lo tiene la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales SEPI, que es nuestro accionista de referencia, y que tiene 3 puestos de 12 en el consejo de Administración.
Gracias Beatriz. Y entre todos los puntos que has comentado, hablabas de la Transición Energética, pero ¿cómo llevarla a cabo en un momento tan convulso como el que vive el mercado eléctrico europeo?
Es cierto que es un momento muy complicado y que estamos viviendo unas oscilaciones y unas perturbaciones absolutamente inéditas en cuanto a la repercusión de determinadas materias primas en el precio del megavatio.
Nosotros, como te comentaba antes, tenemos una red de 45.000 km de redes de alta tensión y una en capacidad de operarlas con absoluta garantía de suministro, independientemente de qué tecnología se usa para producirla.
Yo, lo primero que quisiera, es tranquilizar a todo el mundo. Sabéis que se ha puesto a veces en duda, especialmente los últimos meses, si estábamos protegidos frente a una posible perturbación internacional, o derivada de una escasez de alguna materia prima.
España y Portugal, como se ha puesto de manifiesto de forma muy evidente la última semana a través del Consejo Europeo, donde participaron los primeros ministros de todos los países europeos, España es una isla energética, porque tenemos una interconexión muy débil con el continente.
Esto tiene, evidentemente, consecuencias negativas; pero tiene una circunstancia, y es que hemos hecho, en la Península Ibérica de la necesidad, virtud. Y precisamente, por tener esa poca interconexión con el continente, hemos sido capaces de desarrollar hasta 14 tecnologías distintas de producción de energía, y fundamentalmente renovable, que es nuestra mayor capacidad de producción, tanto de viento, de sol y otras muchas tecnologías como la hidráulica.
Esto hace que seamos muy autosuficientes y, por tanto, no tengamos esa dependencia de combustibles fósiles procedentes de Rusia, como tienen otros países europeos. Pero es cierto, que todavía debemos tener precaución con el precio del gas; más que nada porque al aumentar la demanda de otros productores, que no sean Rusia, evidentemente puede haber una mayor circunstancia de subida de precios o de escasez.
España es un importante centro neurálgico de transformación del gas natural licuado. Tenemos casi 7 regasificadoras, más una en Portugal. Esto hace que seamos capaces de producir mucho más gas del que necesitamos para nuestro propio consumo. Tenemos reservas de gas para 40 días y una garantía de suministro, también vía gaseoducto, con un país productor como es Argelia.
Por tanto, no tenemos que estar preocupados en España, más que por la repercusión del precio del gas; que sextuplica su valor desde el año pasado en el precio del megavatio/hora.
Sí tenemos, por ejemplo, la idea de cual es nuestra capacidad renovable. El año pasado, en 2021, cerramos el año con casi un 47% de toda la energía producida con energía renovable. De ese porcentaje, la primera tecnología productora fue la eólica, con casi un 23%. Por tanto, tenemos una capacidad importante de producción renovable, pero todavía tenemos, obviamente, una necesidad de respaldo a través de tecnologías tradicionales, como pueden ser las que dependen del gas. Y, en este contexto, dentro de la tranquilidad, sí creo que es muy reseñable lo que consiguieron los gobiernos de España y Portugal con la excepción para la Península Ibérica para desacoplar el precio del gas de nuestra producción.
Nosotros hemos hecho un enorme esfuerzo de inversión en renovables y de incorporar las nuevas tecnologías. Hemos cumplido con los objetivos de la UE, pero la UE no ha cumplido con nosotros.
Nosotros tenemos una interconexión por debajo del 3% de la capacidad instalada con Francia, cuando en el año 2010 la UE exigía el 10%. Este déficit, ahora nos coloca en una posición de poder exigir que se tenga esa consideración especial, para que el gas que nosotros no usamos de forma masiva, porque tenemos tecnologías adicionales, no repercuta en un sufrimiento para nuestros consumidores más vulnerables, nuestras industrias, nuestras empresas…
Gracias Beatriz, especialmente también por ese mensaje tranquilizador.
Ahora me gustaría poner el foco en ti, en Beatriz Corredor. Una gran profesional con una trayectoria impresionante que he comentado en la instrucción de esta entrevista. Referente para muchas mujeres, en un entorno y una sociedad en la que aun se sigue luchando por la igualdad de género ¿Crees que es importante el papel de la mujer en los desafíos energético y medioambiental?
Es importante en todos los desafíos. Yo creo que ahora, uno de los mayores problemas que tiene la humanidad es, por supuesto, una cuestión de salud pública, porque la pandemia está remitiendo en los países de llamado primer mundo, pero no en todas partes. Tenemos, prácticamente todo el hemisferio sur, todavía con cifras de COVID importantes. Por lo tanto, la salud pública es uno de los principales retos que tiene la humanidad.
El segundo es, claramente, la lucha contra el cambio climático.
Y el tercero es la insoportable desigualdad, que crece desde la crisis de 2008. Y crece ahora mismo después de la pandemia y, por supuesto, como consecuencia de la tercera crisis que vivimos en este convulso principio del siglo XXI, la guerra.
Entonces, la pregunta que nunca vamos a poder responder es si las cosas hubieran sido distintas de haber tenido más mujeres en todos los puestos de responsabilidad. Por tanto, también en el ámbito de la lucha contra el cambio climático, y de esta transición obligatoria que tenemos que hacer para que una economía más descarbonizada y sostenible sea posible.
Creo que debemos tener muy claro que esta transición ecológica va a tener unos costes, y que estos costes no pueden repercutir en los más vulnerables. Tiene que ser justa e inclusiva y no podemos dejar a nadie atrás.
Siempre que hay una crisis, los colectivos más vulnerables o las partes de la sociedad más discriminadas, lo son doblemente.
Las mujeres sufren la mayor discriminación que existe, porque siempre que hay discriminación, hay una mujer en peor situación, solamente por razón de sexo. Por ejemplo, cuando hay discriminación por razón de raza, etnia, religión, discapacidad o la crisis de refugiados, siempre son las mujeres los colectivos doblemente discriminados.
Por tanto, yo creo que ante un reto como el que tenemos, energético, debemos incorporarnos a una senda de crecimiento que sea sostenible, justa, inclusiva y de respeto hacia el medio ambiente. Esta perspectiva es, claramente, una forma de enfocar el mundo con valores que tradicionalmente han sido femeninos. Unos valores que implican una visión mucho más empática, horizontal y basados en la cooperación más que en la competición; en el ámbito de la energía, que es de manera evidente crítico, no solamente porque es un servicio básico esencial sin el cual no funciona nada, y en todos los ámbitos en el que se tienen que tomar este tipo de decisiones.
La energía va a ser crítica para la estabilidad mundial, y la falta de mujeres en los puestos de decisión, yo creo que agrava esta idea de que la competición pasa por una imposición de fuerzas. Por tanto, es necesario que las mujeres se incorporen masivamente al ámbito energético y contra el cambio climático.
Pero está muy difícil Ana, muy difícil. Fíjate que yo ya tengo más de 50 años y cuando estudiaba, había más mujeres en carreras científicas y tecnológicas que las que hay ahora.
Esta es una cuestión que a mi me preocupa muchísimo, porque el hecho de retroceder en este campo, en un momento en el que la tecnología y la innovación van a marcar claramente el futuro de la humanidad, coloca a las mujeres en una posición mucho peor que la que teníamos hace 20 o 30 años y no es tolerable y ¿qué hacemos Ana? ¿Qué hacemos?
Está claro Beatriz. De hecho, la pregunta que te voy a hacer a continuación está ligada ¿Por qué crees que es tan escasa la presencia de la mujer en este sector? ¿Y por qué esa falta de atractivo de la que hablabas, de las mujeres hacia las carreras STEM, problema que tenemos actualmente?
Empezando por el final, hace ya tiempo que leí un estudio muy conocido, donde se valoraba a qué edad los niños empiezan a tener sesgos o prejuicios ligados al sexo, en relación con las profesiones. Es decir, a partir de qué año los niños empiezan a percibir qué determinadas profesiones son típicamente masculinas o femeninas. El estudio determinó que, a los 6 años, es decir, a partir de esa edad las niñas empiezan percibir como masculinas determinado tipo de profesiones. Obviamente, podemos imaginar profesiones que tengan un componente de fuerza física adicional, pero también profesiones de carácter científico y tecnológico, y esto se soluciona en la escuela con una mayor atención a las capacidades de autoconocimiento de las niñas.
Las niñas tienen una capacidad intelectual, yo diría que igual o superior a la de los hombres, y eso lo demuestra el hecho de que somos un 60% de los titulados universitarios. Sin embargo, sólo somos el 30% de los puestos directivos en general.
Las capacidades científico-tecnológicas de las niñas se tienen que educar desde la escuela.
Nosotros nos hemos incorporado recientemente a la alianza STEM del Ministerio de Educación, Mujeres y Niñas en pie de ciencia, para tratar de colaborar. Somos una empresa tecnológica y tenemos la obligación de hacerlo, y de evitar estos sesgos.
Desde el punto de vista de Red Eléctrica tenemos el mismo problema que casi todas las empresas con base de ingeniería. Ante tan poca vocación STEM y con tan pocas tituladas, estamos todos peleando por las mismas profesionales, y al haber tan pocas es muy difícil ampliar las bases.
Para que os hagáis una idea, nosotros tenemos un 27% de mujeres en puestos de carácter técnico, pero si subimos en la cadena directiva superamos un 30% de los puestos directivos, y tenemos el 50% del Comité Ejecutivo y del Consejo de Administración. Por lo tanto, es una especie de pirámide al revés y esto no es por casualidad, sino porque se hace una política de sesgo a favor de las mujeres tanto en la contratación, como en la formación y promoción. Se fortalecen su talento y sus capacidades de autoliderazgo. Yo quería decir Ana, que muchas veces las mujeres somos mucho más conscientes de nuestras debilidades y los hombres son mucho más conscientes de sus fortalezas. Cuando una mujer se tiene que enfrentar a una lista de requisitos para acceder a un puesto, posición o ascenso, si de 10 requisitos cumple 9, se planteará si tiene que optar o si es apta para ello.
Sin embargo, si un hombre en la misma situación cumple 1, diría “voy a intentarlo”
Esto es una generalización, pero está en la forma de pensar de las mujeres. Somos muy autoexigentes porque nos han hecho muy desconfiadas respecto a nuestras capacidades. Siempre hay una sospecha sobre las mujeres que llegan a puestos determinados; primero que si está allí por cuota, como si la cuota fuera una garantía de mediocridad y es todo lo contrario. Simplemente te obliga a buscar dónde están ese 60% de mujeres tituladas que existen, y que están invisibilizadas. Por tanto, no es que haya mujeres con menor mérito, sino que hay que buscarlas y están.
Y después, evidentemente esa política implica que estas mujeres tengan una capacidad de llegar a puestos vedados por el propio sistema. En esto hay muchísimo que hacer en las empresas.
Yo suelo decir también que la legislación no impide llegar a ningún lado, por lo menos no la legislación en España o en Europa, pero la falta de legislación si y, por tanto, hay que ser muy exigentes con las empresas que tenemos la capacidad de aumentar la proporción de mujeres en todos los puestos de responsabilidad, desde el diseño de líneas hasta las direcciones de obras, las que están con el casco, el chaleco o las botas todo el día. Es necesario que se elimine ese sesgo de que determinadas profesiones son típicamente masculinas y que nosotras estamos más en la economía de cuidados o de competencia social. Esto ya debemos empezar a superarlo.
Totalmente de acuerdo en todo lo que has dicho Beatriz ¿Crees que el asociacionismo es necesario para contribuir a la igualdad?
Las redes de mujeres son imprescindibles.
Afortunadamente vivimos en un tiempo, yo diría que desde los últimos 20 años, en el que claramente se han reforzado la capacidad y la conciencia de las mujeres de que las asociaciones y las redes son imprescindibles. De hecho, hay muchas asociaciones de mujeres profesionales que se han ido formando de una manera muy espontánea, a través de la iniciativa de un grupo de chicas que se han puesto de acuerdo para tirar de las demás, y que están forzando a que la representación de las mujeres sea obligatoria en todos los foros, desde que no haya paneles sin mujeres que puedan ser ponentes, hasta que estas asociaciones tengan capacidad de liderazgo en todos sus sectores. AEMENER es un ejemplo y puedo poner otros ejemplos de mujeres que trabajan por la sostenibilidad o en el ámbito inmobiliario, legal, etc. Mujeres en puestos directivos.
Las mujeres de mi generación tenemos claro que hemos llegado por el trabajo y la solidaridad de otra generación. Nuestra generación tiene la responsabilidad de hacer lo mismo con las que vienen detrás.
Este mentoring o coaching, incluso personal, es imprescindible para que las que vienen detrás sean capaces de seguirnos. La tentación de la sociedad, que sigue siendo de una jerarquía muy basada en valores típicamente masculinos o patriarcales, es siempre cerrar el espacio en torno a las mujeres en un entorno más de cuidados; y las únicas que podemos evitarlo somos nosotras mismas.
Por tanto, la solidaridad a través de las redes de mujeres es absolutamente imprescindible. Se necesitan mujeres horizontales, en el sentido de que asocien a mujeres en un determinado sector, y también transversales en el sentido de que podamos ser capaces de unir generaciones y de que el testigo pase de unas a otras; que las chicas más jóvenes sepan que no tienen nada hecho y que deben de seguir luchando porque los derechos no solamente se amplíen, sino también de que no retrocedan, que es el riesgo que siempre sufrimos.
Que los derechos no retrocedan, una gran frase ¿Cómo ves el futuro cercano? ¿Te consideras optimista o pesimista respecto a la situación de la mujer en el mundo laboral?
Dicen que un pesimista es un optimista bien informado. Yo prefiero decir que soy realista, es decir, sería absurdo plantearnos que estamos peor de lo que estábamos hace dos décadas. Hemos ido ganando en derechos, sobre todo en Europa.
Estamos en el sitio más privilegiado de toda la tierra, Europa. Es el mejor sitio para ser mujer, ya que tenemos los derechos protegidos por ley y una conciencia cada vez mayor de la opinión pública y de los responsables políticos, de que esto es imparable y de que hay que proteger la diversidad, incluso desde el punto de vista de la rentabilidad, de la cuenta de resultados.
Pero esto no es así en todo el mundo. Hay una gran parte del mundo donde las mujeres sufren discriminación, violencia sexual y física, y todo tipo de vejaciones. No podemos perder de vista que el mundo no es un buen mundo para ser mujer.
Yo quiero pensar que estar en el primer mundo es un enorme privilegio. Las mujeres podemos desarrollarnos como seres humanos en su totalidad y por ello, tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para que las demás también lo tengan.
Por lo tanto, yo creo que el contexto no es bueno para la conquista de derechos de las mujeres, creo que el contexto es negativo. Pero si miramos hacia atrás, también lo era a principios del siglo XX y se consiguieron grandes hitos gracias a la lucha feminista y de los responsables de las organizaciones internacionales.
Con semejante enseñanza, a pesar del mal tiempo que corremos, es muy difícil que vayamos tan atrás de donde venimos. Sin embargo, hay que estar muy vigilantes.
Si esto quiere decir que soy optimista, yo diría que sí.
Al final la fuerza de los números mueve mucho a la humanidad, y se prueba que el beneficio para las empresas y comunidades es mayor cuando se incorporan mujeres a los equipos de dirección o de las comunidades de propietarios. Tenemos que pensar que esta capacidad de liderar no es solamente hacia una gran empresa o un puesto político; esta capacidad de liderazgo pasa por el colegio, los grupos deportivos, las acciones culturales y artísticas… Todos los puestos de liderazgo tienen un impacto.
Somos el 50% de la humanidad y tenemos que dejar claro que ese impacto es positivo para todos, no para nosotras… para todos!
Y finalmente, es absolutamente indispensable incorporar a los hombres a esta lucha. Si no ayudamos a que nuestros compañeros asuman y vean con nuestros ojos y con nuestro filtro, dónde están esos micromachismos o esas, aparentemente débiles, barreras, es muy difícil que desde su perspectiva sean capaces de darse cuenta de ello.
Beatriz, como he comentado antes, cuentas con una impresionante trayectoria profesional y además siendo mujer, con todas las dificultades que eso conlleva.
Bueno, yo digo Ana, que tengo una capacidad innata irreversible para complicarme la vida (ríe)
Te iba a preguntar justamente que cuáles crees que son los tres o cuatro ingredientes que debe de tener una mujer, para ocupar una posición de alta responsabilidad en el sector, aparte de esas ganas de complicarse la vida (ríe)
Lo primero y fundamental es la formación. La formación es absolutamente imprescindible para adquirir unas capacidades técnicas y profesionales adecuadas. No quiere decir que todo el mundo tenga que ser ingeniero porque no es así, pero es cierto que hacia el mundo tecnológico al que vamos, las capacidades que se vinculaban a las ciencias sociales, de humanidades o de relaciones personales, son imprescindibles. Por lo tanto, los equipos multidisciplinares son necesarios ya que aportan todo tipo de visiones, técnica, humanista, psicológica, filosófica… Las empresas tecnológicas tienen filósofos y psicólogos en sus equipos.
Por lo tanto, la primera la formación. La formación relegada a la segunda, que es dónde cada uno pueda desarrollar su talento desde la absoluta autoconfianza. Hay que ser genuino, ser consciente de dónde está tu talento ya que ese talento es el que finalmente hará que tu puedas aportar algo personal y propio al equipo.
Después, claramente la empatía. Ser capaz de vincularse al entorno personal, de ponerse en los zapatos de los demás y leer más allá de la orden del día o del acta de una reunión.
Esto hace mucho más fácil liderar un equipo porque se gestionan esas fuerzas personales, siendo así el equipo más eficiente.
Y, sin duda alguna, la ética y la honradez.
Respecto a lo que te he comentado, la formación es algo que tenemos, pero la parte de la confianza es algo que tenemos que trabajar. Debemos trabajar más en el autoliderazgo, el no ponernos barreras y el ser capades de reivindicar nuestro espacio.
Hay una capacidad que tradicionalmente se vincula al mundo femenino, la intuición. Ahora mismo la neurociencia se está estudiando como una de las respuestas innatas del ser humano más útiles. No solamente para desempeñar un hábito personal, también en el ámbito profesional la intuición implica ver más allá del puro algoritmo que tenemos delante. Por ello yo creo que las mujeres tenemos un enorme futuro, ya que somos capaces de tejer redes y de valorar y formar esos equipos multidisciplinares donde todo el mundo aporta desde ese concepto de cooperación.
Gracias Beatriz. Ahora, como de costumbre, voy a terminar con dos preguntas algo diferentes para conocerte un poco más a nivel personal. Si fueses capaz de cambiar algo en el mundo ¿qué sería?
Yo intentaría acabar con la desigualdad de la mujer. La discriminación de la mujer no solamente es una cuestión de derechos humanos; también es una cuestión de rentabilidad y de progreso económico, social y tecnológico.
Las mujeres deberíamos tener una mayor capacidad en la gestión de los conflictos porque habría un mejor fundamento para la paz.
También evitaría en buena medida las guerras. Soy una utópica como ves (ríe)
Y si pudieses intercambiar tu vida con la de alguien ¿con quién te cambiarías?
Creo que he nacido en el mejor momento de la historia para ser mujer en mi país. A pesar de que hemos hablado de algún riesgo de retroceso, creo que España es uno de los mejores países del mundo para nacer mujer en el siglo XXI. Por eso, sería imprudente pensar que voy a estar mejor en la vida de otra persona, porque probablemente todas las mujeres que nos han abierto cambio han tenido unas vidas muy duras.
Pero como soy jurista de corazón, he de decirte que tengo admiración profunda por Clara Campoamor, porque fue una mujer que desde las enormes limitaciones que se daban en su época, fue capaz de dar un paso adelante por todas. La tengo una enorme admiración, pero no me cambiaría por ella, porque su vida fue infinitamente más dura de lo que, sin duda, esta siendo la mía.
Muchas gracias Beatriz, ha sido una entrevista muy interesante.
Gracias a vosotras por comprometeros con la solidaridad femenina y por tirar de todas las que vienen detrás y de las que vamos delante! Que también tiráis de mí.